Los que han seguido mi viaje con los dos caballos que fueron abandonados en mi casa se acordarán de que no aceptan el contacto físico, lo que supone un reto importante y una fuente de preocupación.

De vez en cuando la yegüita, Arena, ha tenido cojera, pero con el remedio homeopático Rhus Tox normalmente desaparecía en el plazo de 24-48 horas. Sin embargo, hace unos días, hostigada por los tábanos, estuvo corriendo por el prado y al día siguiente estaba cojeando de nuevo. Esta vez Rhus Tox alivió los síntomas, pero no resolvió el problema.

Esta situación me dio la oportunidad de intentar profundizar un poco más las relaciones con ella así que mezclé los remedios con un poco de grano y se los ofrecía en un cubo.  Mientras sostenía el cubo, a lo largo de varios días empecé a tocarla, primero a lo largo de la mandíbula y después debajo de ella, en el pecho hasta la espaldilla, luego desde la cruz a lo largo del cuello. Mayormente he estado utilizando los toques TTouch chimpancé y bebé chimpancé que usan el dorso de la mano en vez de la palma y esto parece resultarle más aceptable. Hasta ahora he llegado al centro de la espalda. Esto es un logro enorme para ella porque hasta ahora solo aceptaba que la tocase en la cara, y eso si había una barrera física entre nosotras.

Sus cascos están en malas condiciones, pero nadie ha podido hacer nada al respecto. Ayer   vino una herrera checa para echarle un vistazo. En su opinión la cojera se debe a un absceso, pero recomendó dejar que reviente de forma natural. De hecho, ¡no hay otra alternativa! En su opinión, aunque los cascos están en mal estado, ella los ha visto mil veces peor, así que acordamos que yo siga trabajando con Arena, y es de esperar que ella pueda volver en otro momento para recortarles los cascos. (Los de Seve están en mejor estado, pero también necesitan recortarse).

Aunque esta opinión experta supuso cierto alivio, estaba preocupada porque era evidente que le dolía, así que hoy decidí incluir garra del diablo (Harpagophytum spp) en la mezcla de remedios y esta mañana la comió toda. A mediodía ya caminaba mejor. También he incluido el remedio homeopático Hepar Sulph que es excelente en los casos de abscesos y donde haya pus.

Más tarde eché un poco de aceite orgánico de cártamo (Carthamus tinctorius) en sus cubos y lo tomaron los dos. Muchos animales que padecen inflamación de cualquier tipo, artritis o problemas articulares, eligen este aceite que es rico en ácido linoleico (aproximadamente un 70%) y otros ácidos grasos esenciales.