Los gatos tienen un muy bajo nivel de actividad de gluconril transferasa, un elemento involucrado en la desintegración de ciertos elementos químicos, incluido el alcohol, pero sobre todo los fenoles. El número de aceites esenciales que contienen altos niveles de fenoles es muy reducido. Los más significativos en el campo de la zoofarmacognosis aplicada son:
- canela
- clavo
- gaulteria
- abedul amarillo
- ciertas variedades o quimiotipos de tomillo ricas en fenoles.
Sin embargo se ha observado que en ciertas ocasiones – muy raras – los gatos elegirán aceites ricos en fenoles (para olfatear) cuando tienen necesidad de ellos y los resultados son excelentes. Es importante que el gato dé una señal muy clara en caso de que elija alguno de estos aceites. La clave al trabajar con los gatos, al igual que con los demás animales, es leer la respuesta del animal para no obligarlos a aceptar algo que no desean.
Los gatos casi nunca eligen ingerir los aceites esenciales. Se limitan a olerlos. Sin embargo se han dado casos en que unos gatos lamieron los aceites esenciales de menta y de valeriana con unos excelentes resultados.
Es importante que el gato no toque los aceites esenciales. En caso de que esto ocurriera de manera fortuita, se debe eliminar el aceite del manto antes de que el gato lo lama con un aceite vegetal o un poco de leche. Estas sustancias ricas en lípidos absorberán los aceites esenciales. NO utilizar agua para limpiar el manto ya que el agua puede potenciar los aceites.
Al ofrecer los aceites esenciales una buena práctica es la de ofrecer el frasco de tal manera que los dedos sirvan de “escudo” para proteger la boca del frasco.
En caso de que un gato elija un aceite esencial muy potente, p.ej. almendra amarga o ajo, conviene ofrecer el aceite en un inhalador o emplear la técnica del “escudo” arriba descrita.
Los aceites florales o provenientes de la raíz de la planta no son problemáticos en este sentido.
El embarazo es un período delicado ya que hay que tener en cuenta que la barrera placental no es muy eficaz a la hora de bloquear el paso de las sustancias de manera que cualquier cosa que entre en el flujo sanguíneo de la madre suele llegar al feto. No todos los constituyentes tienen la capacidad de dañar el feto aunque algunos sí lo podrían hacer. Si se permite a la madre elegir por si sola, ella misma elegirá los remedios más indicados para ella y sus bebés.
Si el gato está tomando medicinas alopáticas, hay que consultar con el veterinario.