¿Tu perro lame las patas sin cesar? Una de las causas más comunes de este comportamiento casi obsesivo es la infección por cándida u hongos. Recientemente he tenido que afrontar un caso de este tipo. Debo reconocer que tardé en dar en el clavo. Sin embargo, una vez que me di cuenta de qué se trataba, no tardé en echar mano a los recursos que nos ofrece la zoofarmacognosis.
El primer paso que di fue bañar las pataas dos veces por día, mañana y tarde, en agua tibia con bórax, vinagre de manzana y neem. Se peude usar zumo de limón en vez del vinagre de sidra. Después secaba el exceso de humedad con una toallita de papel. Estos componentes ayudan a contrarrestar la propagación de las esporas lo cual es primordial si hemos de eliminar la causa primaria de la molestia. Aconsejo bañar las cuatro patas incluso si no todas presentan síntomas visibles.
Otro aliado es el aceite esencial de menta: se puede emplear tanto la hierbabuena como la menta verde o menta spicata. El aceite de menta enfría de manera que alivia el picor de manera inmediata. Otros aceites que pueden ser de interés son el árbol del té (tea tree) y la kunzea.
Si las almohadillas de la patas, o las areas entre ellas, están inflamadas, enrojecidas , en carne viva e incluso con pus, lo cual puede suceder, entonces estaría indicado uno de los aceites azules. Los aceites de matricaria y aquilea pueden parecer milagrosos porque, al enfriar el área afectada, alivian al perro. De por sí este alivio es importante porque si el perro se encuentra más cómodo no sentirá la tentación de lamer y de rascar con lo cual el proceso de sanación será más rápido.
A veces las arcillas, tanto la verde como la blanca, pueden ser de gran interés porque neutralizan la infección y las bacterias a la vez que mantienen seca el área afectada. La arcilla blanca es más indicada en casos de los animales con piel muy sensible..
Durante la última etapa utilicé gel de aloe vera que contribuye al proceso de sanación de la piel. A estas alturas me di cuenta de que el perro también quería ingerir aceite macerado de caléndula que es uno de los aceites más indicados para la sanación de la piel. También se puede aplicar por vía tópica. El aceite esencial de lavanda es otro aliado natural porque es un aceite excelente para la reparación de la piel.
La infección por cándida es una condición muy insidiosa que provoca malestar y un picor irresistible. Esto puede contribuir a que el animal no duerma bien (y nosotros tampoco porque estamos sintonizados con su obsesión de lamer). En algunos animales un resultado puede ser una irritabilidad inusitada que puede dar lugar a comportamientos impredecibles y reactivos. Sin embargo, he visto que este régimen es muy eficaz. ¡Claro que la perseverancia es clave en todo el proceso!