Actualmente estoy haciendo un curso de química orgánica relacionada específicamente con los aceites esenciales. En la última clase surgió un tema que me pareció sumamente interesante para la zoofarma. Uno de los componentes comunes estudiados fue el betacariofileno.
Las propiedades terapéuticas más destacadas del betacariofileno son que es analgésico, antiinflamatorio y ansiolítico. Sin embargo, el dato que más me llamó la atención es que ¡también es anti-leishmania!
Uno de los aceites que usamos en la zoofarmacognosis es la copaíba y precisamente este aceite es el que contiene la mayor cantidad de betacariofileno: 30-60%
Otros aceites de uso común que contienen cantidades considerables son la pimienta negra, cananga, cannabis sátiva y melissa.
Interesante ¿no?