El sábado pasado tuvimos la oportunidad de compartir las bases de la zoofarmacognosis aplicada con un grupo proveniente de diferentes puntos geográficos, desde Portugal a una de las islas más pequeñas de Canarias pasando por Madrid, por supuesto. Como siempre los perros que participaron nos brindaron la oportunidad de apreciar, a través de su selección de aceites y otras sustancias, lo sintonizados que están con su propio cuerpo y sus necesidades tanto físicas como emocionales. Esto siempre sorprende a las personas que se acercan a esta disciplina por primera vez.  Hubo momentos divertidos que espero poder compartir en vídeo. La otra lección importante que nos enseñan los animales en el curso es lo individuales que son las respuestas, porque cada uno es un universo en miniatura. Agradezco a todos su participación, pero sobre todo agradezco a los perros su entrega porque sin ellos no se puede aprender. Espero que podamos seguir adelante en este viaje de descubrimiento apenas iniciado …